La Franja y la Ruta: impactos en América Latina y el Caribe (LAC)

MBA. Hellen Ruiz Hidalgo
Comunicadora Estratégica 
Observatorio de Comercio Exterior (OCEX)
Vicerrectoría de Investigación - Universidad Estatal a Distancia (UNED)


Antecedentes.
Estamos conmemorando 10 años de lo que en lenguaje común periodístico se dio en llamar “Nueva Ruta de la Seda”, iniciativa china que culmina todo un largo proceso de vinculación de la República Popular China con el mundo. Como iniciativa concreta, su origen se remonta al 7 de septiembre de 2013, cuando el presidente chino, Xi Jinping, propuso la construcción conjunta de la Franja Económica de la Ruta de la Seda, en sinergia, en esta ocasión, con Asia Central y con una base fundada, sobre todo, en el desarrollo de infraestructura de transporte terrestre.  En octubre de ese mismo año, Xi Jinping continuó y amplió esa propuesta, en Indonesia, durante la Reunión Informal de Líderes del Foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico (APEC, por sus siglas en inglés). En esa ocasión, el presidente chino extendió a su propuesta la dimensión marítima de su iniciativa y planteó construir la Ruta de la Seda Marítima del siglo XXI[i], con los países de la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (ASEAN, por sus siglas en inglés).

La iniciativa china ha sido llamada por varios nombres: Nueva Ruta de la Seda (NRS), One Rute, One Road (OROR), Belt and Road Initiative (BRI). Entre estas denominaciones, destaca, en el idioma español, la denominación “Iniciativa de la Franja Ruta” (IFR) y es la designación que utilizaremos en este escrito. Poco a poco, esa iniciativa se fue llenando de contenidos concretos, de nuevas reuniones internacionales y de un sistema de financiamiento promovido por la República Popular.

Principales entidades de respaldo financiero a la IFR

Banco de Exportaciones e Importaciones de China                                                China Eximbank es un banco de políticas, de propiedad estatal y financiado por el Estado, se dedica a apoyar el comercio exterior, la inversión y la cooperación económica internacional de China. 
Banco de Desarrollo de China
El BDC es el banco de desarrollo más grande del mundo en términos de activos, préstamos y poder crediticio. Es un instrumento clave para que el gobierno chino cumpla con las políticas de desarrollo económico a nivel nacional e internacional. Es el mayor banco público de desarrollo del mundo. En los últimos 15 años ha concedido casi 100.000 millones de dólares en préstamos soberanos a América Latina y ha inyectado decenas de miles de millones más en programas especiales de financiación regional[i]
Banco Asiático en Inversión e Infraestructura
El BAII inició sus operaciones en 2016 con 57 miembros fundadores (37 regionales y 20 no regionales). A finales de 2020, tenía 103 Miembros aprobados que representaban aproximadamente el 79 por ciento de la población mundial y el 65 por ciento del PIB mundial[i].
Fondo Especial de la Ruta de la Seda
El Fondo de la Ruta de la Seda fue creado el 29 de diciembre de 2014, en Beijing y el 16 de febrero de 2015, el Banco Popular de China (su banco central) anunció su inicio de operaciones con 40 mil millones de dólares. Su misión es la inversión prioritaria en infraestructuras, desarrollo de recursos, cooperación industrial y financiera,en un esfuerzo para lograr el desarrollo y la prosperidad comunes en los países donde opera la IFR[i].
Nuevo Banco de Desarrollo del BRICS+
El Nuevo Banco de Desarrollo de los BRICS se creó en el año 2015 por los países miembro como una alternativa al Banco Mundial, entidad tradicionalmente controlada por los Estados Unidos, la Unión Europea y Japón. Como expresión de países emergentes, los BRICS son originalmente (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica). Después de su reunión de septiembre se anunció la inclusión, a partir de enero 2024, de Argentina, Arabia Saudí, Egipto, Etiopía, Emiratos Árabes Unidos e Irán y se suele referir a su carácter ampliado como BRICS+.

Elaboración propia - 2023


Importancia y significado. Sin duda alguna la IFR es la estrategia económica internacional históricamente más trascendental de China[i]. Muchos analistas han hecho notar que una iniciativa económica de tal magnitud probablemente no tiene paralelo en la historia económica mundial. En la actualidad, es el proyecto en curso más grande del mundo, tanto por el número de países participantes, como la forma vinculada de todas las iniciativas que, si bien conectan, en última instancia con China, también desarrollan, por un lado, las infraestructuras internas de los países y, por otra, mejoran su propia interconexión regional y mundial.

La IFR comprende una amplia batería de programas de desarrollo e inversión que se extienden desde el este de Asia, hacia Europa, África y América Latina y busca principalmente aliviar los problema de logística, transporte y conectividad que puede servir no sólo para reducir los costos comerciales en el mundo y mejorar la vinculación de los diferentes países con China, sino también para una mejora en infraestructuras que pasan a convertirse en activos importantes para el propio desarrollo industrial endógeno de los países participantes, así como para la superación de brechas regionales que son muy habituales en los países emergentes.

Para Pekín ésta es la principal estrategia económica y de cooperación internacional de la República Popular China, bajo la dirección de Xi Jinping. La IFR se enfoca en mejorar infraestructuras de transporte ya sea carreteras, ferrocarriles, aeropuertos y puertos, mejorar los procesos logísticos asociados al comercio y a reducir las barreras físicas del comercio.

La IFR es una iniciativa en la que China asume el riesgo financiero, pero representa un ejemplo emblemático de la estrategia China de “Ganar-Ganar”. China asegura, para sí misma, sus rutas de aprovisionamiento energético y de materias primas y, para los países que se asocien, además de asegurarles acceso al propio mercado chino, les ofrece nuevas oportunidades para que las nuevas facilidades logísticas reduzcan costos de transporte y mejoren también acceso a otros mercados. Esta batería de beneficios se orienta en un beneficio colectivo para el crecimiento económico internacional. Pero de forma nacional abre la posibilidad de desarrollo de políticas productivas internas, a partir de la creación de Zonas Económicas Especiales. La creación de capacidades tecnológicas para una conectividad global también viene implicada en este proceso.

Su realización proyecta gigantescas inversiones, en la infraestructura de transporte y de conectividad en más de 149 estados del mundo. Se enfoca fundamentalmente en la construcción de proyectos de conectividad que mejorarían de forma decisiva la logística comercial entre Asia, Europa y África, lo que la vincula con la tradición de la antigua famosa “Ruta de la Seda”, de hace más de 2000 años, pero que en su versión moderna comprende también a América Latina.

La IFR y los países de América Latina y el Caribe (LAC). Para América Latina, la IFR es particularmente relevante, dado que a la complejidad de sus geografías y la deficiente infraestructura de transporte de toda la región viene agravada por una sistémica falta de recursos para su construcción. Todo eso agrava los problemas económicos de la región ya que sus dificultades logísticas entorpecen sus relaciones económicas regionales e internacionales, aumentan el costo de sus productos puestos en puerto y disminuyen su competitividad en los mercados mundiales.

En esto hay que tener en cuenta que los países de Latinoamérica y el Caribe (LAC) padecen de grandes obstáculos geográficos. Grandes cordilleras cortan el contacto entre los países y también separan las cuencas de ambos océanos. Se ven también enfrentados al doble desafío de atravesar enormes bosques tropicales, que también dificultan el transporte de sus mercaderías, al tiempo que necesitan los problemas adicionales derivados de su necesidad de proteger sus ecológicamente frágiles humedales, zonas selváticas y boscosas.

Por otra parte, dada la distancia que separa a América Latina de Asia y la presencia del mercado norteamericano, la orientación de sus relaciones comerciales se ha dirigido tradicionalmente hacía los países del Atlántico Norte, de manera que posee, en la costa del Pacífico un pequeño y deficiente número de puertos.

Tenemos que recordar que China se había ido convirtiendo, desde comienzos de siglo, en el socio económico más grande de la mayoría de los países sobre todo de América del Sur. Así ocurrió, por ejemplo, en Costa Rica, donde China era el segundo socio comercial inclusive antes de haber establecido relaciones diplomáticas. En América Latina, como en muchos otros países del mundo, como África, en particular, la IFR viene a complementar y perfeccionar un sistema de relaciones que potencian el comercio. Crea, además, una forma de inversión productiva muy amplia, multiforme y multidinámica.

De esa manera, son abordadas por la IFR dos grandes prioridades económicas de América Latina: la infraestructura de transporte y la infraestructura portuaria de la costa del Pacífico.

En 2018, durante el segundo foro China – CELAC, China invito a formar parte de la iniciativa a todos los países de Latinoamérica y el caribe, expidiéndose la Declaración Especial De Santiago[ii].

147 países habían suscrito ya en 2022, memorandos de entendimiento (Memorandum of Understanding – MoU), también conocidos como documentos base de cooperación, con la República Popular China, para participar en esa iniciativa. Entre los países latinoamericanos que habían establecido un MoU, con China, se encuentran 21 países. [iii]

 

Las cinco áreas prioritarias de la IFR se detallan en el documento de “Visión y Acciones del Gobierno chino[i]

 areas prioritarias

Carácter estratégico y regional de la IFR. Es muy importante distinguir, por una parte, las relaciones comerciales y otros acuerdos, por ejemplo, de inversión pública o privada que existan entre los diferentes países latinoamericanos y China y, por otra, la inserción específica estratégica de esos países en la IFR. Argentina, por ejemplo, es uno de los países latinoamericanos con mayores vínculos con China y, sin embargo, no está inscrito en la IFR. Aunque obviamente ambos movimientos tienen vinculación con la República Popular, las relaciones comerciales y de inversión corresponden a las relaciones tradicionales normales entre los países. Por otra parte, la inserción de un país o varios países en la IFR tienen un carácter estratégico, regionalmente concertado como ejes de desarrollo económico, tecnológico e industrial de los países vinculados con la IFR. Lo que distingue a la IFR es su carácter estratégico regional, más allá de la mera relación con los países.

En ese sentido, el gobierno chino ha publicado dos Libros Blancos sobre la política China hacia América Latina y el Caribe, uno en 2008 y otro en 2016. En estos documentos, se destaca que China considera sus relaciones con América Latina y el Caribe dentro de un espacio de cooperación regional integrado.

Aun así, en casos realmente emblemáticos de algunos países, como Argentina, el comercio de China ha crecido enormemente, así como las inversiones y, sin embargo, esos países no han suscrito memorandos de entendimiento para integrarse a la IFR. De hecho, China es el principal socio agroindustrial de Argentina, su segundo socio comercial y el tercer inversor extranjero en el país.

La deuda externa en la participación en la IFR. Las gigantescas inversiones de la República Popular no buscan colocar a los países frente a una trampa de deuda externa. Todo lo contrario, el mismo progreso de las relaciones con China tienen como supuesto de base que los países progresen económicamente para que su vinculación con China sea sostenible y la deuda contraída se convierta en instrumento de progreso y, de esa manera, garantice también la capacidad de pago de los países. Y precisamente por esta razón, en caso de que los países que asumen esos préstamos tengan dificultades financieras para la atención de esa deuda, China ofrece condiciones de amortización no monetaria, a través de las mercancías de exportación que tradicionalmente exportan a China. Esa es una de las particularidades de los préstamos chinos dentro del esquema de la IFR. Otro lo es que sus créditos no sean utilizados ni para cubrir el presupuesto ordinario de los países ni para pago de otras deudas externas. De esa manera se asegura su plena utilización en inversión, que es una forma dinámica de crear riqueza que permitirá la atención de la misma deuda.

Es por eso que el abordaje de China para la expansión y consolidación de la IFR es sobre todo de carácter estratégico y regional. Los socios de la IFR forman parte, en cada ocasión, de grupos de países y las iniciativas en las que toma parte dentro de la IFR los vinculan y, al mismo tiempo, los potencian, en formas de desarrollo comercial y económico que no están limitados al comercio con China. Tal es el caso del ambicioso proyecto de conexión Norte-Sur, de Centroamérica, desde Panamá, o la vinculación Este-Oeste, desde Perú o Ecuador, hasta Brasil, el desarrollo de puertos de primer mundo en la costa del Pacífico en El Salvador, la ampliación del Canal de Panamá, etc.

América Latina zona estratégica para la IFR. Por otra parte, América Latina es una zona estratégica para la IFR, con un enorme potencial de desarrollo, ya que su enorme geográfica que comprende el 13,6% de la superficie terrestre, tiene apenas el 8% de la población del mundo. Con un PIB similar al de la India, que es la tercera economía después de Estados Unidos y China, América Latina representa una de las principales reservas de biodiversidad del mundo, tiene el 22% de las reservas mundiales de petróleo, abundantes materias primas y grandes reservas de minerales estratégicos, como el cobre y el litio. De acuerdo con esto debemos comprender la importancia de América Latina desde el punto de vista de las importaciones y las exportaciones de China. China importa de Latinoamérica el 28,55% del total de sus importaciones de productos agropecuarios, el 44,44% de sus importaciones de plantas; el 12.3% de alimentos, tabaco y productos lácteos. Adicionalmente, China compra a América Latina el 12,33% de sus importaciones mundiales de productos metálicos. Aquí lo decisivo es comprender el peso relativo que tienen estas importaciones chinas. En su conjunto en productos como alimentos, productos agrícolas, minerales, metales, combustibles y textiles, China importa mayor proporción de América Latina que del resto del mundo.[i]

Obviamente el crecimiento industrial de China ha hecho que en la demanda China de productos latinoamericanos hayan predominado los productos primarios y minerales tales como soja, metales y petróleo, mientras que las exportaciones de China hacia América latina se concentraron en bienes manufacturados. De ahí que China exporta a América Latina, cada vez más, productos de tecnología de gama media y alta. En esto, las exportaciones chinas de tecnología media son ya el 33,14% de las importaciones latinoamericanas de esta gama y las exportaciones chinas de alta tecnología son y 28,63%. De ahí que se comprende que, hoy en día, China no solo tiene una conexión de materia prima o agrícola con América Latina, sino que también participa de una conexión tecnológica.

En este sentido es relevante ver cómo la mayor parte de la Inversión Extranjera Directa de China en América Latina se encuentra en el área de las TIC, con el 37,6% de todo lo que invierte China en América Latina. De gran impacto es la inversión china en servicios de ciencia y tecnología en América Latina, ya que tiene un porcentaje más alto que la estructura general de la IED saliente de China. Mientras que de toda la IED saliente de China sólo el 2,3% está concentrada en servicios de ciencia y tecnología, en América Latina es el 5,9% de toda la IED china en la región. Es decir, América Latina es la región del mundo con mayor proporción de IED china en ciencia y tecnología. Todo esto hace ver cómo la evolución del comercio de China con América Latina es muy dinámica y está poco a poco moviéndose más allá de la clásica relación “centro-periferia”, propia del neocolonialismo, donde América Latina exporta productos primarios e importa productos industriales. De hecho, los términos de intercambio de América Latina con China han permanecido estables o han mejorado a favor de América Latina.

El país de mayores exportaciones a China es Brasil, vienen luego, en orden sucesivo descendente, Chile, Perú, México, Argentina y Colombia. Uruguay es el país latinoamericano pequeño que tiene mayores exportaciones hacia China ya que desde el 2013 es el mayor mercado de las exportaciones de Uruguay. De ahí ha surgido el interés mutuo de la negociación de un Tratado de Libre Comercio. Hasta ahora eso no ha podido ser posible por la pertenencia de Uruguay al Mercado Común del Sur (MERCOSUR), proceso de integración regional en donde acompaña a Argentina, Brasil y Paraguay. Importante decir que China es el principal socio comercial de MERCOSUR[ii]

La IFR como arquitectura productiva global. Dierckxsens y Formento (2015)[i], consideran que la IFR es esencialmente un proyecto productivo-industrial que, como tal, articula la propuesta de una nueva arquitectura productiva mundial, ya que engloba a 4.200 millones de habitantes, 56% de la población mundial, con un PIB nominal que llega al 43% del PBI global. En paridad de poder adquisitivo (PPP), los países que comprenden la IFR crean el 52% del PBI mundial.

Como fue mencionado anteriormente, el respaldo financiero de los proyectos de la IFR se sustenta en bonos en renmimbi, con equivalencia cambiaria en dólares, de tres entidades financieras fundamentales:

1) El Fondo de Infraestructura de la Ruta de la Seda (Silk Rd. Infrastructure Fund), por US$40 mil millones.
2) El Banco de Infraestructura e Inversión de Asia (Asían Infrastr. Invest. Bank), por US$100 mil millones. 
3) El Nuevo Banco de Desarrollo de los BRICS (New Dev. Bank of the BRICS countries, por $US100 mil millones.

Por eso toda esta perspectiva de la IFR no viene sola, sino que se integra con la alianza económica de los BRICS+ (foro político y económico conformado por Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica. Se incorporan, a partir del 1 de enero de 2024, Argentina, Egipto, Irán, Emiratos Árabes Unidos, Arabia Saudita y Etiopía). De ahí que se trata de un proyecto productivo industrial fundado en la economía real, fuera de la especulación financiera de los fondos de riesgo. Su fuerza se deriva no sólo de tener como principal impulso el que le ofrece la República Popular China como principal potencia económica en ascenso, sino que también estructura la coordinación de un conjunto de bloques regionales emergentes que mutuamente se refuerzan.

Desarrollo de la IFR en foros internacionales. Apenas cuatro años después de lanzada la IFR, el 14 de mayo de 2017, fue convocado a Pekín el primer Foro “Una Franja, Una Ruta para la Cooperación Internacional”. Este Foro se convirtió en uno de los acontecimientos internacionales más importantes. Asistieron cerca de 1.200 delegados de más de 130 países de todo el mundo, entre los que se encontraban 28 presidentes y primeros ministros y cien delegaciones ministeriales oficiales. América Latina estuvo representada en ese foro. El presidente Macri, de Argentina, y la presidenta Bachelet, de Chile fueron las figuras latinoamericanas más destacadas. En este foro, El presidente Xi Jinping aseguró financiamiento de bancos chinos por más de 120 mil millones de dólares y subrayó la importancia de la IFR en la generación de proyectos de infraestructura.

Esa fue la ocasión en la que Xi Jinping esbozó cinco “caminos” para la propuesta de la Ruta de la Seda:

  1. Camino para la paz;
  2. Camino para la prosperidad;
  3. Camino de apertura e intercambio comercial;
  4. Camino para la innovación y el desarrollo de la Ruta de la Seda digital del Siglo XXI (desarrollando la economía digital, inteligencia artificial, nanotecnología, computación cuántica);
  5. Camino de dialogo civilizatorio, de intercambio cultural, coexistencia de culturas, respeto y confianza mutuas.

Con enorme realismo, Xi Jinping recordó que “las antiguas rutas de la seda prosperaban en tiempos de paz, pero perdían vigor en tiempos de guerra. Esta iniciativa requiere un ambiente pacífico y estable”. De lo cual dedujo la necesidad de “fomentar un nuevo tipo de relaciones internacionales basado en cooperación, alianzas y amistad, sin confrontación”[i]

China tiene una aproximación muy sofisticada con América Latina. En el marco de la IFR, China ha articulado un sistema de encuentros regionales, a partir de 2014, dentro del esquema de “Foro de cooperación entre China y la Comunidad de Estados Latinoamericanos y del Caribe (China-CELAC). Ahí China articula lo que llama estrategia de “1+3+6”.

 sumatoria

En este último punto cabe decir que la importancia que China atribuye a la cooperación, inversiones y comercio en el eje estratégico de Tecnología Informática puede ser apreciado con su compromiso de inversión de 250 mil millones de dólares entre 2015 y 2019.

Desde el punto de vista diplomático: dos tipos de asociación. China establece relaciones especiales con los países donde encuentra que sus élites políticas son especialmente sensibles a levantar el perfil de sus relaciones con China o con países que simplemente son prioritarios para China. Con ellos establece dos tipos de “Asociaciones”: las “Asociaciones Estratégicas” y las “Asociaciones Estratégicas Integrales”. Como señala Aponte García (2018)[i], los “socios estratégicos” comparten objetivos en el área económica y en el área política, mientras que los “socios estratégicos integrales” comparten, además, objetivos en el área científica, tecnológica e incluso en la de cooperación militar (seguridad).

 tipos

La política de China no se agota con la IFR, pero junto a ella se convierte en una aproximación holística que, además de mejorar la conectividad comercial, toca de cerca todos los problemas de desarrollo económico e industrial de América Latina. Vale la pena mencionar algunos de los proyectos más emblemáticos por países:

 emblematico

Costa Rica en la IFR. Este año marca el sexto aniversario de la firma del MOU entre China y Costa Rica sobre la Cooperación en el marco de la Franja y la Ruta. El volumen comercial entre China y Costa Rica se acerca a 3.200 millones de dólares. Desde enero a julio del año en curso se ha marcado un incremento interanual de casi 33%. Por otra parte, las exportaciones costarricenses superaron 1.600 millones de dólares, con un crecimiento interanual de cerca del 55%. Ambas partes buscan fortalecer más el diálogo político y el acoplamiento de las respectivas estrategias de desarrollo. Se está en proceso de explorar el potencial de la cooperación en áreas como la economía digital, el desarrollo verde, el comercio electrónico y la salud. Sin embargo, presiones de los Estados Unidos han movido al gobierno a cuestionar el uso de tecnología china en las comunicaciones digitales.

Material recomendado de consulta:

[i] Eddie Tapiero. La Ruta de la Seda y Panamá Análisis Económico. 2017. En: https://www.academia.edu/33718554/La_Ruta_de_la_Seda_y_Panam%C3%A1

[i] Consultar la base de datos de préstamos del Banco de Desarrollo de China a países latinoamericanos en: https://www.thedialogue.org/map_list/

[i] Consultar el portal del Banco Asiático en Inversión e Infraestructura en: https://www.aiib.org/en/about-aiib/index.html

[i] Para éstas y otras informaciones relacionadas con las políticas de China, recomendamos consultar el “Observatorio de la Política de China, en: https://politica-china.org/

[i] Para información actualizada, documentos históricos y otros asuntos relacionados con la IFR, consultar el Portal de la Franja y la Ruta, en: https://eng.yidaiyilu.gov.cn/

[ii] Documento accesible en el Ministerio de Relación Exteriores de Costa Rica. En: https://rree.go.cr/files/includes/files.php?id=1316&tipo=documentoshttps://rree.go.cr/files/includes/files.php?id=1316&tipo=documentos

[iii]  Iniciativa de construcción conjunta de la Franja y la Ruta. Avances, contribuciones y perspectivas. Oficina del Grupo Dirigente para el Fomento de la Construcción de la Franja y la Ruta. 2019. En: https://www.yidaiyilu.gov.cn/wcm.files/upload/CMSydylgw/201904/201904240811021.pdf.

[i] Comisión de Desarrollo Nacional y Reforma, Ministerio de Asuntos Exteriores y Ministerio de Comercio (2015) “Vision and Actions on Jointly Building Silk Road Economic Belt and 21st-Century Maritime Silk Road”: https://www.fmprc.gov.cn/ce/cebn/eng/sgxws/t1250157.htm
https://www.fmprc.gov.cn/eng/topics_665678/2015zt/xjpcxbayzlt2015nnh/201503/t20150328_705553.html

[i] Dierckxsens, W. y Formento, W. (2015) “La batalla de los imperios financieros por el mundo ¿Un mundo en transición histórica?”. Ponencia presentada en la VII Conferencia Latinoamericana y Caribeña de Ciencias Sociales (CLACSO). En: www.alainet.org/es/file/3869/download?token=3P7GA59_
https://repositorio.flacsoandes.edu.ec/bitstream/10469/10593/1/REXTN-MS38-01-Dierckxsens.pdf

[i] Yunxia, Yue. 2022.  Diplomacia económica y la Iniciativa de la Franja y la Ruta en América Latina. Artículo aparecido en “Dimensiones de la diplomacia de China en América Latina y el Caribe”, editado por Josette Altman Borbón y Sergio Rivero. FLACSO.  San José, Costa Rica. En: https://www.flacso.org/sites/default/files/2022-03/Dimensiones%20de%20la%20diplomacia%20de%20China%20en%20Am%C3%A9rica%20Latina%20y%20el%20Caribe.pdf

[ii] Consultar sobre MERCOSUR en: https://www.mercosur.int/quienes-somos/en-pocas-palabras/

[i]  Discurso de Xi Jinping en la inauguración del Foro “Una Franja, Una Ruta para la cooperación internacional. En: http://politica-china.org/wp-content/plugi ns/download-attachments/includes/download.php?id=1093
https://www.alainet.org/es/articulo/194589

[i] Aponte García, M. (2018) “La geopolítica de la integración regional en ALC: Debates estratégicos en torno a EEUU y China”, ALAI, en línea. Disponible en: https://www.alainet.org/es/articulo/194589

Presentación del señor Tang Heng, Embajador de la República Popular China en Costa Rica (2023). En:
Presentación_Embajador_Tang_Herng.pdf_A 10 años de la Franja y la Ruta.