Hacia una integración centroamericana más completa
MBA. Hellen Ruiz Hidalgo
Comunicación Estratégica
Aunque aún no entra en vigencia el Acuerdo de Asociación de Centroamérica con la Unión Europea, ya trajo un beneficio adicional, particularmente importante para Costa Rica: el 29 de Junio se firmó en Tegucigalpa oficialmente la adhesión de Panamá al Sistema de Integración Económica Centroamericana y a su correspondiente Unión Aduanera. Este significativo paso tuvo lugar en el contexto de una reunión de los socios del sistema de integración, en Tegucigalpa, Honduras, donde se estampó la rúbrica regional del Acuerdo de Asociación con la Unión Europea.
Panamá firmó un protocolo de adhesión en el que se definirá un calendario, con los temas normativos a los que los panameños se pueden adherir de inmediato y aquellos otros que necesitarán un proceso más paulatino. En este marco, Panamá se adhiere de forma inmediata a una serie de instrumentos legales de suma importancia en el marco de la integración regional:
- Tratado General de Integración Económica Centroamericana,
- Convenio Arancelario y Aduanero Centroamericano,
- Mecanismo de Solución de Controversias,
- Convenio Marco para el Establecimiento de la Unión Aduanera,
- Reglamentos de origen, medidas sanitarias y fitosanitarias, prácticas desleales de comercio y medidas de salvaguardia.
Laura Chinchilla, Presidenta de Costa Rica y Martinelli, de Panamá, a la hora de la firma
de Protocolo de Incorporación al Subsistema de Integración Económica.
Desde hacía buen tiempo diferentes administraciones costarricenses habían comprendido la necesidad de replantear sus prioridades regionales de orientación de comercio. Centroamérica es un concepto histórico y desde 1960 Costa Rica había hecho una apuesta importante de su comercio con sus vecinos centroamericanos del norte: Nicaragua, Honduras, El Salvador y Guatemala. Sin embargo, desde hace ya dos décadas se ha venido observando un desarrollo acelerado en Panamá, al sur de nuestra frontera, como un país institucional y socialmente cada vez más afín a Costa Rica.
Panamá hermanó su desarrollo institucional con Costa Rica cuando se convirtió, desde 1994, en el segundo país en América en abolir el ejército. Eso plantea una condición básica de respeto a los derechos humanos, un estado de derecho y no de fuerza así como estabilidad y seguridad jurídica, importante para el comercio. Por otra parte, su dinamismo económico lo hace inmensamente atractivo. Apenas 8 lugares la separan de Costa Rica, en el más reciente índice de desarrollo humano, mientras El Salvador se encuentra 50 puestos atrás. Económicamente presenta una realidad complementaria: Panamá es una economía de servicios y nosotros, de manufactura y agroindustria. A nuestras pymes tienta su poder adquisitivo. Solo ahí se amortigua nuestro desempleo en la construcción y algunos sectores profesionales encuentra salida laboral en el país canalero.
Señaló la Ministra de Comercio Exterior costarricense, a la hora de la firma de Panamá al Protocolo de Incorporación al Subsistema de Integración Económica: “En el caso de Costa Rica, confiamos en que contribuirá a afianzar las buenas relaciones comerciales que mantenemos, promover nuevos proyectos conjuntos y vigorizar los existentes. En términos centroamericanos, estamos seguros que su participación traerá una visión fresca y moderna a la integración centroamericana y contribuirá a abrir nuevas oportunidades de comercio e inversión” (COMEX, 2012)
La experiencia de Guatemala y El Salvador han mostrado que se debe avanzar con rapidez hacia una mayor integración cuando entre los países existe, además de la vecindad, afinidad y desarrollo similar.
En este tiempo de vulnerabilidad, Costa Rica comprendió la necesidad de un reposicionamiento con Panamá y suscribió un Tratado de Libre Comercio con ese país, que rige desde el 1° de enero del 2009. En ese contexto, la adhesión de Panamá al Sistema de Integración viene a acelerar todos los procesos de reducción arancelaria mutua, iniciados con el TLC Costa Rica-Panamá.
Para entender la importancia, para Costa Rica, de ese paso se debe enfatizar que aún sin estar dentro del Sistema de Integración Centroamericano Panamá es el mayor comprador regional de productos costarricenses.
Pero el mayor involucramiento de Panamá con la integración centroamericana viene como anillo al dedo al movimiento doble de Costa Rica y también otros países centroamericanos, que al tiempo que quieren estrechar mayores lazos con el Sur, quieren utilizar la plataforma de tratados comerciales con países del Pacífico para un movimiento estratégico hacia lo que será la región de mayor desarrollo comercial del planeta. Hacia ahí se orienta la Alianza del Pacífico, en la que están Colombia, Ecuador, Perú y Chile y a la que se quiere sumar Costa Rica. Esa es la única explicación que existe a la iniciativa de Tratado de Libre Comercio con Colombia, ya que una de las condiciones de adhesión a la Alianza del Pacífico es precisamente tener acuerdos comerciales con los países socios. Por su parte Estados Unidos, comprendiendo también la importancia del comercio del Pacífico está promoviendo el Acuerdo de Asociación Transpacífica (TPP, en inglés), al que ha invitado a México durante el G20. Pero mientras la Alianza del Pacífico ya existe, el TPP está todavía en ciernes.
Hay que notar además el desbalance que ha existido en la integración centroamericana entre países más similares, como Nicaragua, El Salvador, Honduras y Guatemala que han profundizado su integración más rápidamente, ya que tienen con Costa Rica fuertes diferencias institucionales, de desarrollo económico. Cabe recordar los lazos especiales de integración profundizada que existe entre el CA-3 y el CA-4 (los países más al norte, Guatemala, Honduras y Nicaragua, entre quienes existe un mayor movimiento libre de mercaderías y personas, que con Costa Rica). De manera que el norte centroamericano ha sido visto como un polo de desarrollo, en el que Costa Rica no tiene participación. Con la adhesión de Panamá al Sistema Centroamericano de Integración Económica se crea la posibilidad de un nuevo bloque, de dos países con capacidades más aceleradas de desarrollo.
Por eso puede comprenderse la unanimidad del apoyo de las cámaras de la empresa privada costarricense. El paso es visto como trascendental por representantes de las cámaras de Industrias de Costa Rica (CICR), como de la Cámara Nacional de Agricultura y Agroindustria (CNAA) y de la Cámara Costarricense de la Industria Alimentaria (CACIA).
Varios de estos representantes enfatizaron, en declaraciones al periódico La Nación el contrapeso que significará para Costa Rica la participación panameña en la integración centroamericana. Juan Ramón Rivera, vicepresidente de la CICR, aseguró que “se creará un bloque sur regional muy importante, tanto económica como ideológico”. Por su parte, el presidente de la CNAA, Álvaro Sáenz, enfatizó que “se dará una fuerza política fuerte entre dos polos de desarrollo de América Central”.
Panamá es el cuarto mercado de destino de las exportaciones costarricenses, sólo después de Estados Unidos, Holanda y Hong Kong. Por Paso Canoas cruzan a diario medicamentos, preparaciones alimenticias, conductores eléctricos, pañales, desinfectantes, varilla de construcción, abonos y envases de vidrio. Desde Panamá nos llegan medicamentos, contenedores de aluminio, atunes congelados, aceites de petróleo, queso fundido, preparaciones químicas, perfumes y leche en polvo. Panamá está entre los 10 principales proveedores de importaciones de Costa Rica.
El intercambio entre nuestros países es también importante desde la perspectiva de los servicios, área en la que ambos países hemos significativamente crecido. Panamá brinda a Costa Rica servicios bancarios, logísticos, empresariales, de seguros y de transporte. Desde Costa Rica, mientras tanto, arquitectos, ingenieros, empresas constructoras, de transporte y desarrolladoras de software, contribuyen con la modernización y crecimiento de este gran país.
El Consorcio costarricense de construcción MECO, para no mencionar sino uno de tantos ejemplos, responde por el desarrollo de la cuarta excavación en seco de las obras de ampliación del Canal de Panamá, con un costo superior a los doscientos sesenta y cinco millones de dólares, la segunda obra en dimensión y complejidad, sólo después de la construcción del nuevo juego de exclusas.
Es por esa razón que adicionalmente a la puesta en vigencia del TLC de Costa Rica y Panamá, el Presidente Martinelli y la presidenta Chinchilla suscribieron un Memorándum de Entendimiento especial que estableció un mecanismo permanente, de alto nivel, para la coordinación y facilitación del comercio fronterizo, el fortalecimiento del diálogo, la cooperación en materia comercial, la asistencia mutua para el intercambio de información oportuna y el fortalecimiento de una alianza estratégica que permita una posición común y una mejorada capacidad mutua frente a otros socios comerciales.
Costa Rica y Panamá comparten muchas ventajas comparativas y competitivas, ya que son similares en sus dimensiones, población, economía y geografía. Tal vez por eso su historia comercial muestra un esfuerzo por maximizar la complementariedad de sus economías. A eso se une una fuerte coincidencia de visiones políticas y sociales.
La adhesión de Panamá al Sistema de Integración Centroamericano, siendo importante para el istmo en su conjunto y para cada uno de los países miembros, es de trascendencia estratégica sobre todo para Costa Rica.
En palabras de la presidenta Chinchilla, en el acto del protocolo especial de entendimiento, “Nuestras dos patrias desarmadas, no débiles, sino más bien fortalecidas por su fe en la institucionalidad internacional, están unidas en la ruta hacia el progreso, sumando fortalezas, en un esfuerzo armonioso que nos catapulte a lo que soñamos para nuestros pueblos”. (Chinchilla, 2011)