MBA. Hellen Ruiz Hidalgo
Comunicadora Estratégica
Respondiendo a las necesidades de recurso humano técnico
Entrevista de OCEX con el Ing. Eduardo Sibaja, Director del CeNAT
“El tema de la planificación de la educación universitaria es complejo porque debe existir un balance entre la oferta y la demanda actual dado que la planificación de la educación superior se realiza a largo plazo. No se puede formar profesionales que el mercado no está necesitando. Tampoco que no se atiendan las señales del mercado que informan al sistema educativo sobre el tipo de profesionales que están demandando las empresas y las carreras que se encuentran con un déficit de recurso humano nacional.” (Eduardo Sibaja).
En el marco de las crecientes inquietudes existentes con relación a la productividad nacional, OCEX tuvo una conversación con don Eduardo Sibaja, director del Centro Nacional de Alta Tecnología (CeNAT), del Consejo Nacional de Rectores (CONARE). Esta conversación profundizó sobre aspectos relacionados con la visión de la función y visiones del CONARE en el desarrollo tecnológico y científico del país, desde la perspectiva del CENAT.
OCEX: ¿Cuál es el contenido más global de los resultados de las labores de proyección universitaria del Consejo Nacional de Rectores?
Eduardo Sibaja: Se formuló el Proyecto de Mejoramiento de la Educación Superior (PMES), cuyo objetivo de alto nivel es: “Fortalecer y desarrollar las capacidades del talento humano potenciando el conocimiento e incorporando la ciencia, la tecnología y la innovación, en las áreas relevantes de las universidades estatales, para contribuir a la construcción de una nación más competitiva, próspera, solidaria, inclusiva y ambientalmente sostenible.”
El PMES está organizado alrededor de cuatro ejes estratégicos, a saber:
- Acceso: incrementar el acceso, cobertura, permanencia y graduación.
- Calidad: mejorar la calidad y relevancia de los programas académicos y los recursos humanos.
- Innovación: fortalecer el desarrollo científico y tecnológico así como la innovación.
- Gestión: fortalecer la gestión institucional y la rendición de cuentas.
El PMES se desarrollará por medio de dos componentes:
- Componente 1: Financiará inversiones estratégicas en infraestructura y equipamiento, capital humano y mejora de los sistemas de gestión e información. Tiene cuatro subcomponentes, uno por universidad. Cada subcomponente incluye sub-proyectos que responden a la misión de las instituciones.
- Componente 2: Mediante el cual se promoverá el desarrollo de actividades estratégicas con un enfoque sistémico para apoyar los objetivos del primer componente.
El PMES contribuirá a que:
- Los estudiantes se favorezcan de: (i) un mayor acceso, mediante el incremento de la capacidad de matrícula de cada universidad, el número de aulas, residencias y otra infraestructura relacionada; (ii) un mejor potencial de ingreso por medio de la mejora de la calidad y del ajuste de la oferta de cursos a la demanda del mercado laboral y a las prioridades para el desarrollo del país; (iii) una mejor toma de decisiones en la elección de carrera, diversificación de la oferta académica y de oportunidades de educación superior por medio de una mayor disponibilidad de información de alta calidad (por ejemplo, decisiones de acreditación, empleabilidad y salarios de los graduados, etc.).
- Los académicos de las universidades dispongan de mejores instalaciones, nuevas oportunidades para construir habilidades profesionales, de poder llevar a cabo iniciativas de investigación, participar en programas de intercambio, y de la expansión de los programas acreditados.
- Los empleadores del sector privado y del sector público se favorezcan de una fuerza laboral más amplia, mejor calificada y de mayor calidad.
- La comunidad universitaria en general se beneficie de las mejoras en la gestión institucional.
- La comunidad nacional se favorezca con una mayor presencia de las universidades en las regiones del país, democratizando el acceso a la educación superior.
OCEX: La inversión extranjera directa plantea una cada vez mayor demanda de profesionales técnicos, pero en mayor medida su demanda se concentra en técnicos medios, que no son los que normalmente salen de las universidades. Por otra parte, existe una necesidad nacional de acoplamiento de las empresas nacionales a las transnacionales y eso se ha realizado en niveles de bajo valor agregado.
Eduardo Sibaja: Lo primero es el estilo de las empresas transnacionales que sobredimensionan sus necesidades. Por una razón que no deja de ser entendible pero complicada, dado que las empresas transnacionales demandan del país un “pool” de recurso humano muy amplio de donde escoger lo mejor, pero de su demanda no se deriva una necesidad específica, sobre todo en especialidades y en términos numéricos. Probablemente exista escasez de recurso humano pero no en todas las disciplinas, entonces se infla el tema y se genera una sobreoferta de profesionales que conlleva a incrementar el desempleo, esa es la parte complicada. Esto ocurrió, por ejemplo, en el área de biotecnología. Se formó al personal y no estaban en el país las empresas que iban a absorber a estos biotecnólogos. Luego sucedió que las empresas expresaron que lo que necesitaban eran, más específicamente, microbiólogos. Esto da como resultado una sobreoferta de biotecnólogos que están prestando sus servicios no necesariamente para lo que fueron formados. Ahora, está el tema de la nanotecnología y están solicitando recurso humano capacitado en esta área y el TEC ya está formando técnicos.
El tema de la educación es complejo porque debe existir un balance entre la oferta y la demanda, pero además en concordancia con la planificación de la educación, que se realiza a largo plazo. No se pueden formar profesionales que el mercado no está necesitando y tampoco se pueden desatender las señales claras del mercado que informan al sistema educativo sobre el tipo de profesionales que están demandando las empresas que se encuentran con un déficit de recurso humano nacional.
CONARE realiza estudios de monitoreo del mercado laboral. Actualmente, los resultados indican un empleo pleno de los graduados en algunas carreras. En otras no tenemos igual suerte. Eso permite dirigir esfuerzos a las carreras con mayor demanda laboral. La otra parte de la demanda, que se verifica a través de CINDE, tiene números proporcionados por las mismas empresas, que no siempre corresponden con lo que luego se manifiesta realmente en el mercado y resultan a veces insuficientes o a veces inflados.
Como se plantea en la pregunta, “la formación de los técnicos no es un rol de las universidades”. A los técnicos los tiene que formar el sistema educativo técnico y no es una función “per se” de las universidades. Pero las universidades lo han hecho en algunas ocasiones porque el sistema no ha funcionado en lo que se refiere a la formación de técnicos superiores. Ha funcionado para lo que es técnicos básicos o de primer nivel, formados sobre todo en el INA e institutos privados. Otro nivel, el del técnico intermedio y superior, lo forman los colegios técnicos o vocacionales del MEP y privados y los colegios universitarios respectivamente.
El caso del técnico superior es el problema actual, porque este técnico era formado por los colegios universitarios y la tendencia actual de esos colegios universitarios es a convertirse en universidades y dejar de ser colegios universitarios, lo que deja un vacío en la pirámide de formación. El concepto de colegio universitario es el que existe en EEUU llamado “college”, donde se forman muy buenos técnicos-profesionales sin ser graduados universitarios. En nuestro país sucedía algo similar con el Colegio Universitario de Alajuela (CUNA), el Colegio Universitario de Puntarenas (CUP) y el Colegio Universitario de Cartago (CUC) y ahora la Universidad Técnica Nacional (UTN). Varios de estos colegios han evolucionado para convertirse en universidades técnicas, con el objetivo de formar técnicos con un título de bachiller universitario. Obteniendo estos profesionales un grado más alto que el de técnico superior.
El técnico superior se ha convertido en un nicho que se debe cubrir. El Colegio Técnico Don Bosco lo hace, sin dar un título de bachiller universitario. El técnico superior se encuentra en una zona gris y está pendiente de definirse si la formación de éstos técnicos serán absorbida por las universidades o por los colegios universitarios.
OCEX: ¿En qué medida el préstamo del BM a las universidades responde a la demanda de las empresas propiamente nacionales y en qué medida facilita el acoplaje de estas a las empresas transnacionales?
Eduardo Sibaja: En mi opinión, el préstamo del Banco Mundial a las universidades responde a las demandas de las empresas porque fue diseñado para atender dicha demanda, de una forma integral, desde las mismas universidades. El préstamo se planteó para que las universidades mejoren su estructura académica para formar profesionales con conocimientos en ciencia y tecnología y capacidades de investigación y desarrollo de proyectos complejos. Adicionalmente, se fortalecerá la infraestructura académica de las universidades, pero no solamente de aulas, residencias estudiantiles y laboratorios más sofisticados, sino también con centros de investigación nuevos en áreas interdisciplinarias estratégicas para el desarrollo nacional, con el objetivo de suplir las necesidades en formación científica y tecnológica, elevar el nivel de los graduados y brindar mejores servicios a la sociedad.
El planteamiento del préstamo se realizó en conjunto con el Gobierno. Se priorizaron aquellas áreas con gran demanda no satisfecha y aquellas que nos permitan un desarrollo equilibrado entre el conocimiento y la cultura, la educación y el arte, por ejemplo las ingenierías, la computación, las ciencias básicas y la música, la pintura y la escultura.
OCEX: De acuerdo a un reciente estudio de la CEPAL, en Costa Rica, en los últimos 30 años, la Productividad Total de Factores ha ido disminuyendo hasta en un 1% por año. ¿Qué papel le atribuye usted a la ausencia de una constante inversión en áreas científicas y técnicas en la Educación Superior en esta disminución de la productividad nacional? ¿De qué manera el préstamo del BM a las Universidades aborda esta problemática?
Eduardo Sibaja: Me parece que esa disminución no tiene forma de línea continua. Si abordamos la productividad desde el punto de vista de la inversión en ciencia y tecnología permanente, se pueden apreciar ciertos picos y baches producto de una inversión nacional fluctuante. Porque así de discontinua ha sido la inversión en estos rubros ya que no siempre es una inversión previsible realizada con fondos del presupuesto nacional. Los picos se visualizan cuando ha habido inversión con fondos internacionales extrapresupuestarios, que son préstamos o fondos no reembolsables del AID, del BID, del BCIE, la UE y del BM. Estos proyectos generan un pico de inversión y otro pico en la productividad pero cuando concluyen baja esa inversión, dado que no proviene del presupuesto nacional, y por ende la productividad vuelve a bajar. Es una correlación muy clara y directa.
Actualmente, el país tiene firmados dos préstamos, el del Banco Mundial que estamos abordando en esta entrevista y otro negociado por el Ministerio de Ciencia, Tecnología y Telecomunicaciones (MICITT) con el BID. Este último tiene tres componentes, dirigidos a la formación del recurso humano, servicios de calidad y propiedad intelectual y proyectos de innovación que será administrado por el CONICIT y uno, relacionado con ciencia y tecnología vinculada a proyectos de exportación, a cargo de COMEX y Procomer.
En el tema de la Productividad Total de los Factores inciden otros componentes diferentes al recurso humano. Está el factor de infraestructura y logística. Falta mejorar las aduanas, aeropuertos, puertos, trenes. También incide directamente en la productividad la competitividad en telecomunicaciones y en trámites y seguros relacionados con las exportaciones. En este sentido, el préstamo del Banco Mundial está dirigido a fortalecer los factores ligados al recurso humano, la infraestructura académica y las capacidades de investigación, y el del MICITT a fortalecer la competitividad del sector productivo.
OCEX: ¿Cómo responde la nueva inversión universitaria expresada en el préstamo del BM a la pertinencia de las necesidades de mercado manifestadas por la demanda de las empresas? ¿Podría abundar en ejemplos de esta temática?
Eduardo Sibaja: En la etapa de formulación, evaluación y negociación del préstamo, se realizó un seminario a nivel internacional para abordar el tema de la oferta y demanda académica en el mercado laboral. Como resultado de esta exploración, se detectó que la tendencia mundial son las ingenierías híbridas. Es decir, la ingeniería mecánica, la eléctrica y la informática coparticipan, por ejemplo, en temas de salud, específicamente para la tecnología de artefactos médicos (trasplantes, prótesis, membranas, etc.) y su mantenimiento. Otro ejemplo de este tipo de híbridos, es la medicina y la física del deporte. Adicionalmente, se analizó el rumbo mundial de la Nano-biotecnología, cada vez más presente en la rama de la salud. Los componentes “nano” son de gran utilidad para dosificar medicamentos, a través de implantes que liberan sustancias cada determinado tiempo. En nuestro país, se cuenta con centros de nanotecnología y biotecnología pero debemos evolucionar al híbrido de la nano-biotecnología. Tampoco contamos con un híbrido de computación con la ciencia neuronal, por ejemplo.
OCEX: En Costa Rica el grueso de la Investigación es llevada a cabo por las Universidades. El nuevo préstamo del BM aumentará sin duda las capacidades de investigación universitaria científica y técnica. Sin embargo, se ha dicho que los mecanismos por los que se asignan fondos a proyectos de investigación no siempre siguen el curso de la demanda de las empresas, sino que son determinadas por las mismas autoridades universitarias o gubernamentales sin atinencia estricta a demandas de mercado empresarial. ¿Qué piensa Ud. de esto? ¿Cómo contempla el CENAT la superación de esta problemática?
Eduardo Sibaja: Por una razón histórica la mayor parte de la inversión en investigación la realiza el Estado, a través, de sus universidades e instituciones públicas. La realidad es que las empresas no invierten significativamente en ciencia y tecnología, pero la demandan. No siempre los mecanismos para asignar los fondos siguen adecuadamente la demanda de las empresas. Pero existen varios ejemplos exitosos de la articulación público-privada y de venta de servicios de alto valor agregado en las universidades públicas, como es el caso del Centro Nacional de Ciencia y Tecnología de Alimentos (CITA), y el del Laboratorio Nacional de Materiales y Modelos Estructurales (Lanamme) ambos de la UCR, el Hospital Veterinario y el OVSICORI, de la UNA, el Centro de Diseño Industrial y el Centro de Investigación en Construcción, del TEC, y el Centro de Producción Multimedios de la UNED. En el caso del CeNAT tenemos tres claros ejemplos: el LANOTEC (Nanotecnociencia), el CeNIBiot (biotecnología) y el PRIAS (sensores remotos y misiones aerotransportadas).