POR VELIA GOVAERE VICARIOLI
En el mundo, la democracia retrocede, y ese repliegue llegó a la cuna de la democracia moderna
Hace unos años volví la mirada al pasado y en esas reminiscencias interpretaba el sentido de eventos pretéritos, acaecidos 10 años antes. Me referí, entonces, a Hegel, cuando él ponderaba los desconciertos de su tiempo, con Revolución Francesa, guerras napoleónicas y restauración monárquica, incluidas. Era difícil para cualquiera vislumbrar el futuro que esas convulsiones perfilaban. A pesar de ese caos, Hegel era optimista.
Hoy nos toca otear el horizonte. Los signos de los tiempos se debaten entre luces tecnológicas, patriotismos azarosos y una civilización impotente ante su propio cataclismo climático. “En un pozo de sombra la humanidad se encierra”. Así presentía Darío la inminencia de una Guerra Mundial. Y ocurrió como naufragio impensable de la razón frente a la pasión nacionalista. Sin embargo, de dos hecatombes floreció, a la postre, nuestro mundo globalizado. Hegel tenía razón. Del caos puede surgir armonía. Difícil ver eso cuando las tinieblas dominan la luz. Así estamos, en un pozo dariano de penumbras por pugnas entre fuerzas antagónicas en tres grandes ejes donde dominan escenarios de incertidumbre pesimista.
En el mundo, la democracia retrocede y ese repliegue llegó a la cuna de la democracia moderna. El declive de la popularidad de Biden y las posibilidades de ascenso no sólo republicano sino del mismo Trump es su signo más alarmante. Las elecciones de medio período anuncian victoria republicana. Sería corte en seco con la revitalización social de Estados Unidos...Accese el artículo completo en:
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Artículo publicado en Periódico La Nación, 27 de noviembre 2021.
La autora es coordinadora de OCEX y catedrática de la UNED.