Uno de los componentes más importantes de las condiciones internacionales ha sido la conformación de países de gran peso geográfico, económico y poblacional que, sin embargo, no ocupan un rol importante en las decisiones políticas y financieras de los organismos internacionales, bajo liderazgo del grupo de países que conforman el G7. Esta situación creaba una contradicción funcional en la gobernanza mundial. La composición del G7 ya no era un foro en el que se pudiera establecer efectivamente una verdadera coordinación significativa de la política económica mundial. Esta situación fue señalada en 2001, por un artículo de una revista del Grupo de Inversión Goldman Sachs, firmado por, uno de sus más importantes analistas. Goldman Sachs es uno de los grupos de banca de inversión y de valores más grande del mundo, de manera que la opinión de sus economistas tiene un enorme peso. Ese artículo titulado “Building Better Global Economic BRICs”, utilizó un juego de palabras, desde la palabra bricks del inglés (Brics), que significa ladrillos, para introducir su tesis que los países con esas iniciales, Brasil, Rusia, India y China habían alcanzado un poderío económico que en varios casos era superior a algunos miembros del G7. De esta tesis se derivaba su sugerencia de darle más peso a esos países en la gobernanza financiera mundial.
Ese fue su momento analítico. Pero, como muchas veces ocurre, la realidad suele seguir los caminos de la lógica y en 2006, el presidente de Rusia, Vladimir Putin, tomó la iniciativa de sugerir a los ministros de relaciones exteriores de China, India y Brasil la conveniencia de buscar alguna forma de institucionalizar la colaboración de Rusia con esos cuatro países. Esa reunión informal fue la raíz de un proceso que está todavía en curso. En diciembre del 2010, los cuatro países acordaron la incorporación de Sudáfrica al mecanismo de los BRIC, lo que permitió incorporar la letra “S” a su nombre, haciéndolo coincidir con el nombre del artículo de Jim O’Neill. A partir de ese momento se empleó el nombre BRICS para referirse a esa conformación de países. En agosto de 2023, se celebró su XV cumbre, en Johannesburgo, Sudáfrica y ahí se decidió la expansión a nuevos países, Egipto, Irán, Emiratos Árabes Unidos, Arabia Saudita y Etiopía, de manera que su nuevo nombre es «BRICS+.
Los BRICS+ forman parte decisiva de la gobernanza mundial y su importancia crece día con día. Los BRICS+ representan más del 45% de la población mundial y su PIB colectivo (PPA), constituye actualmente una parte mayor del PIB mundial que el PIB combinado de los países del G7. Así mientras la sumatoria de los productos nacionales de los BRICS llegan ya a conformar el 36% del PIB mundial, los países del G7 producen solamente el 30% de la producción mundial.
Por esa razón, en la cápsula informativa N°1-2024, OCEX dedicó su análisis al nacimiento y desarrollo de ese bloque de países. La cápsula de OCEX comienza por establecer la premisa de que el panorama internacional sufre un proceso geopolítico de transformación. Entre sus aristas se encuentra, sin duda, la disminución relativa del peso de las grandes potencias que dominaron el escenario comercial de post-guerra y post-guerra fría y el surgimiento de actores nacionales de territorios extensos y numerosa población, pero que, hasta hace muy poco, han ocupado un espacio de menor relevancia. Es su forma de introducir el análisis de las condiciones que condujeron a la formación de los BRICS+.
La cápsula de OCEX presenta los BRICS+ dentro del contexto de un cambio de época marcada, entre otras cosas, por cambios en el peso relativo de los países que rigen la gobernanza geopolítica mundial. En ese contexto, los BRICS representan una voluntad de participación activa y decisoria en la gobernanza de la economía mundial, dominada, desde 1975, por los países del G7, bajo liderazgo estadounidense. En ese sentido, los BRICS+ se manifiestan como un desafío al control del G7 de los organismos multilaterales que rigen la economía mundial y plantean un movimiento hacia un multilateralismo sin hegemonías.
La cápsula de OCEX analiza los antecedentes de los organismos financieros internacionales, la evolución desde el patrón oro de Bretton Woods hasta su anulación unilateral por parte del gobierno de los Estados Unidos y el funcionamiento del dominio hegemónico del dólar desde 1971. La ausencia de un patrón de valor constante hizo que el valor relativo de todas las monedas flotara unos países frente a otros, obligando a la creación de un foro de coordinación entre los principales países, que resultó en el G7. Todo ese proceso hasta el surgimiento de países con mayor fuerza económica que no son tomados en cuenta en ese foro, es analizado en la cápsula de OCEX que aquí recomendamos,en el siguiente link: